Anomalías uterinas

La forma y la estructura del útero desempeñan un papel importante en la fertilidad y el embarazo. Las anomalías uterinas se refieren a afecciones congénitas o adquiridas que afectan a la anatomía del útero. Algunas de estas diferencias estructurales pueden interferir en la implantación, aumentar el riesgo de aborto o dificultar que el embarazo llegue a término.

Muchas anomalías uterinas son tratables y, una vez identificadas, su equipo médico puede recomendarle el mejor camino a seguir en función de su diagnóstico y de sus objetivos de formar una familia.

¿Qué son las anomalías uterinas?

Las anomalías uterinas se dividen en dos categorías principales:

  • Anomalías congénitas: Están presentes desde el nacimiento y son el resultado de un desarrollo diferente del útero en el vientre materno. Algunos ejemplos son:
    • Útero tabicado: Una banda de tejido divide el útero, parcial o totalmente.
    • Útero bicorne: El útero tiene dos cuernos, con forma de corazón
    • Útero unicorne: Útero unilateral con una sola trompa de Falopio.
    • Útero didélfico: Dos cavidades uterinas separadas y a menudo dos cérvix.
    • Síndrome de MRKH: Enfermedad en la que el útero y el canal vaginal superior están poco desarrollados o ausentes, a pesar de que la función ovárica y la anatomía externa son normales.
  • Anomalías adquiridas: Se desarrollan más tarde en la vida y pueden incluir:
    • Adherencias intrauterinas (síndrome de Asherman): Tejido cicatricial en el interior del útero, a menudo causado por una intervención quirúrgica previa o una infección.
    • Fibromas o pólipos que distorsionan la cavidad uterina

Algunas personas pueden no presentar ningún síntoma, mientras que otras experimentan hemorragias irregulares, dolor pélvico o pérdidas repetidas del embarazo.

¿Cuáles son las causas de las anomalías uterinas?

Las anomalías congénitas son el resultado de diferencias en la formación del útero durante el desarrollo fetal. Estos cambios no se pueden prevenir ni están causados por nada durante la edad adulta.

Las anomalías adquiridas pueden estar relacionadas con:

  • Cirugía uterina (como el legrado o la extirpación de fibromas)
  • Infección pélvica
  • Afecciones hormonales que favorecen el crecimiento de fibromas o pólipos

La mayoría de las diferencias estructurales pasan desapercibidas hasta que se realizan pruebas de imagen o de fertilidad.

Cómo afectan las anomalías uterinas a la fertilidad

El impacto sobre la fertilidad depende del tipo y la gravedad de la anomalía. Los problemas más comunes son:

  • Alteración de la cavidad uterina que dificulta la implantación del embrión.
  • Mayor riesgo de aborto espontáneo, especialmente con paredes uterinas septadas o cicatrizadas.
  • Deterioro del flujo sanguíneo que afecta al revestimiento uterino y al desarrollo del embrión.
  • Contracciones uterinas anormales, que pueden interferir en las primeras etapas del embarazo.

No todas las anomalías requieren tratamiento, pero para las que sí, las opciones suelen ser eficaces.

Cómo se diagnostican las anomalías uterinas

Los especialistas en fertilidad utilizan técnicas de imagen avanzadas para evaluar la forma y el estado del útero. Entre las herramientas de diagnóstico habituales se incluyen:

  • Ecohisterografía salina (SIS): Ecografía con infusión salina para evaluar la cavidad uterina.
  • Histerosalpingografía (HSG): Radiografía que utiliza un medio de contraste para visualizar el útero y las trompas de Falopio.
  • RESONANCIA MAGNÉTICA: Se utiliza en casos complejos para una evaluación estructural detallada
  • Histeroscopia: Procedimiento mínimamente invasivo que permite la visualización directa de la cavidad uterina.

Un diagnóstico preciso ayuda a determinar si una anomalía está afectando a la fertilidad y si se recomienda un tratamiento.

Opciones de tratamiento de las anomalías uterinas

El tratamiento depende de su diagnóstico, síntomas y objetivos reproductivos. Las opciones pueden incluir:

  • Cirugía histeroscópica: Extirpación mínimamente invasiva del tabique uterino, adherencias, pólipos o miomas submucosos.
  • Cirugía laparoscópica o robótica: Se utiliza para afecciones congénitas más complejas
  • FIV: puede utilizarse para evitar barreras anatómicas o mejorar el éxito tras una corrección quirúrgica.
  • Portadora gestacional: Recomendada en casos en los que gestar no es posible o no está médicamente aconsejado, como en el síndrome de MRKH.

Su equipo de FIV Florida creará un plan personalizado basado en su anatomía, objetivos y calendario de fertilidad. 

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